Misión XV – De paso en el Paso
El primer paso, al igual que en el resto de misiones, es encontrar la base, en este caso no contábamos con instrucciones precisas por lo que pasamos al plan B, preguntar a los lugareños. Green Element y Purple Element, se internaron en un sitio típico: Mac Donalds, inquirieron a un caballero por la ubicación del Camino Real Hotel El Paso. Súbitamente de una mesa surgió una voz, se trataba de un tipo de aspecto mexicano, gorra de béisbol, camiseta de tirantes blanca, tatuajes de presidiario y por supuesto bigote, que devoraba una grasienta hamburguesa. Nos acercamos con curiosidad y vimos brillar sus ojos, debía de haber ingerido unas cuantas dosis de Licor Kidman. No acertábamos a entenderle por lo que le ofrecimos el mapa y empezó a hacer círculos con el dedo, preguntó por el lugar que buscábamos y le dijimos que era un hotel, cogió el papel y comenzó a mirarlo fijamente y repetir la dirección del mismo, como intentando memorizar… En ese momento recordamos escenas de Perdita Durango y de cómo se las gastan estos quates…, por lo que nos deshicimos de él rápidamente y salimos hacia el Cañonero para intentar preguntar en otra parte. Estando ya fuera del local, salió el señor del bigote, aún con la hamburguesa en la mano, diciendo que había terminado y que nos acompañaba hasta el hotel, cortésmente le informamos que no se preocupase que ya nos había indicado suficiente… Finalmente, preguntamos en la gasolinera del otro lado de la calle y el currela nos señalo con el dedo el edificio de enfrente, estábamos en casa.
Aparcamos a Cañonero, y subimos los bultos, una furgoneta del hotel nos acercó a la zona de marcha, la cual resulto ser una puta mierda, una carretera grande jalonada de sitios de comida basura y bares cerrados, era domingo. Nos decidimos por un sitio de comida mexicana con flores de plástico y unos empleados americo / mexicanos que no entendían bien el castellano de España.
Terminada la cena a base de fajitas, burritos, picante y cerveza Tecate, buscamos un bar. En él tomamos más Tecate y unos tequilas, pero aquella noche no iba a ser de juerga por lo que intentamos aprovisionarnos de birra y subirla a nuestra habitación en la planta 15. Una vez más llegamos tarde, esta vez por 7 minutos y nos quedamos sin líquido alimento, por lo pedimos un taxi que nos acercase al hotel. Apareció un vehículo con un señor orondo y una mujer igual de gruesa a su lado, que podría ser su woman o una mujer de moral distraída, por lo que el taxista podría ofrecer un servicio doble, carrera y c… no llegamos a descubrir la función de esta señora, pero en las ciudades fronterizas todo puede pasar. Por fin en el hotel, divisamos Ciudad Juárez y su cielito lindo…