jueves, abril 17, 2008

Misión IX – Auaaaammbaaaabaluuuubaaabaaalaaambambúúúúú!!!

Memphis, tierra del pollo frito, de míticos estudios donde se grabaron discos que dieron inicio al Rock N’ Roll y de músicos de la talla de Elvis Presley. Antes de llegar, cruzamos el puente Hernando de Soto, que une Arkansas y Tennessee, al llegar al otro lado, nos encontramos en pleno centro de Memphis, y allí se alzaba nuestro hotel.

Una vez aparcamos al Cañonero en un parking que no era el nuestro, y salir desde el aparcamiento a un centro de convenciones fantasmagórico donde no estaba ni el Tato, ni Perry ni ninguno de esos, alojamos los bultos en la habitación. Posteriormente, nos dirigimos a Beale Street, la calle principal.

De camino, tres apuntes:

Una chica argentina nos paró y preguntó que de dónde procedíamos, para seguidamente formular esta enigmática pregunta:

Argentina: Chicos ¿no serán ustedes asistentes al congreso de Antropología que se está celebrando en Memphis? (en ese centro de convenciones donde nos perdimos y dejamos al Cañonero)

Elementos: (con las pintas y cara de empanaera) Eeeesteeeeee, en serio que lo sentimos, chiquita, pero no…

No sé qué extraña razón llevó a la chica a pensar en tal aberración, en todo caso podríamos haber servido de especimenes para un experimento antropológico…

Siguiendo nuestro camino, otro acontecimiento retrasó nuestra llegada a un bá! Yellow Element recordó que había olvidado su pasaporte en la habitación del hotel (imprescindible para poder consumir alcohol), justo en el momento en que un Gran Hombre tajao nos invitaba a entrar a un local, donde suponíamos que dispensaban cerveza. La sucesión de acontecimiento fue lógica:

1 – Dedicarle un FUEEEERAAA FUEEEERAAA FUUUEEEERAAA! con pañuelo a Panete, que resignado, puso rumbo al hotel.

2 – Los 3 elementos restantes se adentraron en el bar a tomar 3 Bud’s. En el bar estaba el Gran Hombre que nos invitó a entrar, el camarero y un parroquiano, después de intercambiar saludos, y brindar, aguardaron pacíficamente la llegada de Yellow Element.

Por último, Green Element en una nueva misión de reconocimiento se acercó a un tío blanco con el pelo a lo afro y gafas feas, y a una tía rara con el pelo verde y amarillo preguntando por sitios de marcha y demás pedrería…. Tras sonsacarles la valiosa información determinaron seguir con la marcha.

Beale Street, algo así como el paseo marítimo de cualquier localidad costera española, pero en mitad de América. Calle peatonal, neones, gente ingiriendo alcohol en la calle, y la particularidad de que en casi todos los locales había música en directo. Enfilamos hacia un local donde se escuchaba rooooaaaaack, dispuestos a dar buena cuenta de unas alitas de pollo bien picantes, algo más de pitanza y de unos cuantos litros de birra, esta fase la completamos en dos locales distintos.

Con la panza llena se piensa mejor y buena muestra de ello es que pensamos en ir a beber más cerveza, una gran idea sin duda…

Agarramos un taxi, donde un señor negro de unos 50 y tantos años y con Elvis a todo trapo (no el de Panete que aunque más flojo aún lo lleva) nos acercó al Midtown. Era una zona de bares algo retirada de los sitios de turistas, aunque no estaba muy animado al ser un miércoles. Encontramos un bar del roooaccck y el meeeetaaaaaalll!! regentado por Bob El Silencioso y sus compinches, donde pedimos unas cuantas cervezas, jugamos al futbolín y monopolizamos el jukebox con Pantera, Gun’s N’ Roses, Rob Zombie y demás temas al rollo Chambao. También conocimos a Taylor, un chavalín currelilla del local, que además de skater era experto en pedrería y jardinería. Un par de horas después estábamos de regreso al hotel, y 3 de los elementos tras ingerir un litro bajaron a buscar una placita tranquila y a observar el estrellado cielo de Memphis…

Al siguiente amanecer, las visitas obligadas fueron Stax Records y Sun Records, auténticos templos de la música donde grabaron Elvis Presley, Chuck Berry, Johnny Cash, Jerry Lee Lewis, Isaac Hayes…, y por supuesto Graceland, la mansión del autor del gran hit ‘Amatoma Sessuarlllll’, Elvis Presley.

Satisfechos con el seguimiento efectuado tras las huellas del rock primitivo, partieron hacia su próximo destino, New Orleans.